¿Cuál es la mejor época para visitar la Polinesia Francesa?
Seguro que ya ha pensado en escaparse a una isla de la Polinesia en pleno invierno para huir del frío, o incluso en pleno verano para disfrutar del sol durante sus merecidas vacaciones. Pero, ¿cuándo ir a la Polinesia Francesa para disfrutar de unas vacaciones a su medida?
En el Pacífico Sur, olvídese de la primavera, el otoño y el invierno: aquí reina el clima estival durante todo el año, con 2 estaciones bien diferenciadas: la estación seca y la estación húmeda. Como su nombre indica, en la estación húmeda se esperan lluvias, a diferencia de la estación seca. Así que podría pensarse que es mejor ir a la Polinesia Francesa durante la estación seca, ¡pero no es necesariamente así!
En función del motivo de su viaje, averigüe cuál es la mejor época del año para disfrutar al máximo de la Polinesia Francesa y sus islas. La estación seca va de abril a octubre en las islas de la Sociedad y las Tuamotus, de mayo a noviembre en las Australes y el archipiélago de Gambier, y de agosto a diciembre en las Marquesas.
Disfrutar del sol y las playas
Entre nosotros, ¿quién no decide ir a la Polinesia Francesa para disfrutar de sus increíbles playas de arena fina bordeadas por impresionantes aguas turquesas? Y aunque ése no sea el objetivo principal de su viaje, es muy probable que se tome su tiempo para relajarse en una tumbona o en una toalla de playa, ¡porque sería una pena perdérselo!
Tomar el sol es una de las principales actividades en Polinesia, sea cual sea el mes del año. Incluso en la estación húmeda, siempre hay momentos soleados en los que se puede ir a la playa y refrescarse con un chapuzón en la laguna, ya que las temperaturas exteriores son un poco más cálidas que en la estación seca. Así que no hay mejores fechas, aunque siempre es mejor asegurarse de que haya varios días sin lluvia cuando se quiera tomar el sol.
Disfrutar de la naturaleza y la aventura
Si hay algo que hace justicia a la estación húmeda, también conocida como la estación de la abundancia, es la exuberante naturaleza verde de las islas, encantada de florecer gracias a la lluvia. También es la época del año en que las frutas y verduras están en su mejor momento, por lo que resulta ideal para degustar los productos locales. Si le gusta la naturaleza, no se arrepentirá si viaja a la Polinesia Francesa entre diciembre y abril. Tenga en cuenta que, si le gusta el senderismo, la estación húmeda puede provocar, por desgracia, el cierre de algunos senderos demasiado embarrados o peligrosos debido a las fuertes lluvias, como ocurre en todas partes.
Los archipiélagos polinesios son también muy populares para dos actividades al aire libre en particular: el submarinismo y el avistamiento de ballenas en temporada. Las aguas del Pacífico Sur gozan de temperaturas cálidas todo el año, tanto en alta mar como en las lagunas, y albergan una rica fauna y flora submarinas reconocidas en todo el mundo. Con multitud de especies de peces tropicales y corales, diferentes tipos de rayas como las mantarrayas, tortugas y tiburones (punta negra, limón, martillo, gris, etc.), hay tanto que ver bajo el agua que bucear en la Polinesia Francesa es una obligación.
Sin embargo, las ballenas jorobadas sólo están presentes en aguas polinesias de julio a noviembre, lo que obliga a quien desee admirarlas a salir durante este periodo.El avistamiento de ballenas en la Polinesia Francesa es, en definitiva, la única experiencia al aire libre restringida a unos pocos meses, ya que todas las demás actividades que allí se ofrecen pueden disfrutarse en cualquier época del año.
Disfrute de todo sin arruinarse
Si su estancia en la Polinesia Francesa no tiene un objetivo concreto, pero quiere ser prudente con sus gastos, hay ciertos meses a los que debe prestar atención para no tener que pagar demasiado por su billete de avión o su alojamiento allí. Para ello, lo mejor es evitar la estación seca, sobre todo en pleno verano, de junio a agosto. Es la época en la que los archipiélagos reciben más turistas, como muchos otros destinos del mundo, y por tanto la época en la que a las compañías aéreas y a los hoteleros les gusta subir los precios.
Para ahorrar lo máximo posible en el mayor gasto del viaje de su vida, lo mejor es elegir ir a la Polinesia Francesa entre finales de octubre y principios de diciembre, o entre enero y marzo, el periodo más tranquilo. Es cierto que hará un poco más de calor que en la estación seca y que habrá más probabilidades de que llueva, pero no es más que una pequeña compensación que no estropeará su felicidad por pisar el paraíso terrenal.
Con todo, el clima polinesio hace de éste un destino para visitar en cualquier época del año, independientemente de lo que se planee hacer durante la estancia, a menos que se quiera observar a las ballenas jorobadas, que sólo están presentes de julio a noviembre. Aparte del clima, si lo que le preocupa es su presupuesto, como en cualquier otro destino, debería optar por la temporada baja.
Así que, si por fin ha decidido la fecha de su viaje a la Polinesia Francesa, quizá sea el momento de informarse sobre cómo llegar y desplazarse por los distintos archipiélagos polinesios. Y si tiene la suerte de emprender su viaje de novios, ¿por qué no echa un vistazo a esta romántica guía para una luna de miel exitosa en Bora Bora?